La idea es simple y profunda: retratar dos versiones, de las tantas que somos, en un mismo encuentro.
La que se muestra al mundo y la que se siente por dentro.
La que ya todos conocen y la que pide ser vista.
La que lucha y la que celebra.
La que es luz y la que conoce su sombra.
Estas son dos de mis versiones, en mi propia exploración. Hice dos autorretratos. No los pienso como opuestos, sino como dos versiones que conviven.
Una mira hacia afuera, con la luz de lo visible.
La otra se sumerge, escucha, registra lo que no se ve.
La otra se sumerge, escucha, registra lo que no se ve.
Entre ambas hay una conversación: la que sostiene mi trabajo.
Esa tensión entre mostrarse y resguardarse, entre abrir el cuerpo y cuidar la intimidad.
Esa tensión entre mostrarse y resguardarse, entre abrir el cuerpo y cuidar la intimidad.
¿Cuáles podrían ser las tuyas?
Spoiler alert: no somos solo dos fotos.
Seamos honestas: la idea de captar toda la complejidad en una sola foto (o en dos, o en veinte) es imposible. Somos un universo.
Pero lo que quiero proponer con este ejercicio es: elegir. Al enfocarnos en solo dos facetas, en dos mundos que hoy están en pleno diálogo, nos ponemos en situación de mostrarlas con más fuerza.
No se trata de definirnos, se trata de darle un testimonio a una parte de tu historia, la de acá y ahora.
Es un juego de foco, de presencia.
Es un espacio de permiso para honrar nuestra complejidad.
Nuestro encuentro en dos actos
La previa: el Diálogo creativo
Antes de hacer fotos, una charla de 30-45 min. Es importante, porque con algunas preguntas como disparador, la idea es ponerle nombre a esas dos versiones que después vamos a retratar. Es el momento de crear juntas y planificar la sesión. (Puede ser virtual o presencial).
Las fotos: el Testimonio en Estudio
Ya con el mapa claro, nos encontramos aprox. 45 minutos en mi estudio para hacer 2 mini sesiones de fotos, con cambios de look y de luz, para darle lugar a esas dos partes de esta historia. No se trata solo de posar, sino de explorar. Es un laboratorio.
Nuestro Acuerdo
Cómo te imaginarás, tu rol como musa es fundamental! Por mi parte ofrezco la experiencia completa y la entrega de 16+ fotos en alta calidad.
A cambio te pido un aporte muy valioso: tu testimonio honesto sobre la experiencia (puede ser un audio, un texto, un video, lo que quieras) y el permiso para que estas fotos sean parte de mi portfolio para empezar a ofrecer el servicio.
Para que sea un compromiso mutuo y asegurarnos que ambas valoramos este tiempo, pensé en un intercambio simbólico y escalonado:
Las primeras 3 Musas en sumarse: $30.000.
Para las siguientes: $50.000.
Estos precios son solo para mis amigas! Es la ventaja de ser musa. Cuando comparta el proyecto el valor será otro, bastante más arriba.
La Paradoja de Valor
El porqué de este intercambio (para que no te parezca raro)
Hablemos de esto, que para mi es importante. Sé que pedirte plata, aunque sea algo simbólico, es raro. Pero con algunas experiencias aprendí esto: cuando no hay un intercambio, por más chiquito que sea, es muy fácil que todo quede en el aire. Es como anotarse a una clase gratis: si ese día llueve, por ahí no vas.
Para mí, este valor es la forma de asegurarnos que ambas nos tomemos esto con el cariño y la seriedad que merece. Es la chispa que le ponemos al proyecto. Así yo te doy mi foco total y vos te regalás un espacio en tu agenda que no se mueve por nada. Es nuestro pacto para cuidar este encuentro. Y nuestra amistad.
Si esto te resuena...
...el siguiente paso es muy simple: hacé click acá abajo para elegir el día y la hora para nuestra sesión en el estudio. Nuestra charla previa la agendamos con tiempo antes de la sesión. Cualquier duda, la charlamos por Whatsapp, como siempre.