Luz: tu mejor amiga o tu enemiga mortal
Ponete de frente o 45° a una ventana con luz suave.
Nunca luz del techo (te hunde los ojos).
Nunca sol directo (quema la piel y endurece todo).
Si estás afuera, buscá sombra luminosa, no sol pleno.
La luz es el 70% de la foto. Si esto está bien, todo está bien.
Fondo: cuanto más simple, mejor
Pared neutra, una cortina, una puerta.
Evitá “cosas” detrás tuyo (bibliotecas ruidosas, plantas en la cabeza, caos).
Separate del fondo unos 50 cm-1 metro para que no compita con tu cara.
Si el fondo distrae, la foto pierde fuerza.
Posición: girá el cuerpo, no la cabeza
Torso levemente de costado.
Rostro hacia la cámara.
Espalda recta, hombros relajados.
La cámara a la altura de tus ojos (ni arriba ni abajo).
La pose recta + el ángulo correcto ya te sube dos niveles.
Distancia y encuadre
Usá el temporizador del celular (2, 3 ó 10 segundos).
Si es selfie, alejá el brazo lo más posible o apoyá el celular.
Dejá aire arriba de la cabeza.
Probá vertical y horizontal.
La distancia adecuada evita distorsiones y barbilla inflada.
Expresión
Inhalá… exhalá… recién ahí mirá.
Microsonrisa suave (no pose exagerada).
Evitá sonrisa forzada o de foto de Pasaporte.
La cara se acomoda cuando respiras, no cuando posás.
Ropa y detalles que suman
Ropa lisa, colores que te favorezcan (evitá rayas finas).
Limpieza de lentes de la cámara (importantísimo).
Cabello acomodado pero natural.
Menos es más. Lo estético se define antes, no después.
Lo que arruina el 90% de las selfies
Luz del techo.
Fondo caótico.
Cámara muy cerca de la cara.
Filtro exagerado.
Angulo desde abajo (“mentón XXL”).
Luz dura de sol.
Si evitás estos errores, ya tenés una foto usable.
¿Qué hacer después?
Si sacaste una foto que te gusta “a medias”, yo puedo:
mejorar luz y color,
suavizar sombras duras,
equilibrar piel sin perder tu expresión,
dejarla lista para LinkedIn, WhatsApp y CV.
Precio lanzamiento: $10.000 por retrato.
Entrega en 48 h.
Enviame tu foto y te digo si sirve para editarla.
Back to Top